Lo que el tiempo no era capaz de ver se filtraba por las grietas de aquella ventana.
Entre la luz juega para camuflarse y poder huir sin más, sin menos, sin explicaciones que dar.
El Tiempo hacía oidos sordos; mirada ciega y vidriosa.
-No se pretende, no se pretende.
Jeroglíficos indescifrables.
Abre la puerta de la nevera.
martes, 27 de marzo de 2007
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