domingo, 26 de noviembre de 2006

A él, a ti.

Son solo recortes de sueños con los que he hecho un collage dando como resultado mis sentimientos por ti.
Es el sucedáneo de felicidad lo que pretendo alcanzar cuando descubras que lo que ves en mis ojos es cierto, que pretendo empezar algo de cero, redescubriendo sensaciones que he olvidado poco a poco.




A Sofía:

Piensas que estás muerta, que pronto te vendrán a enterrar, que nadie se ha preocupado por saber de tu estado emocional.
Pero en realidad es solo lo que quieres creer.
Sabes que siempre he estado aquí, que me preocupo de verdad, que te quiero con locura y que me duele verte así.
No quieres buscar la luz en medio de tu oscuridad ni que te ayudemos a ello.
Si te ayudamos porque lo hacemos, si no, porque no lo hacemos.
A veces me da por pensar que eres felizmente triste.

sábado, 25 de noviembre de 2006

Miradas furtivas en el humo de la noche, tan transparentes que solo tú puedes verlas e identificarlas.
Complicidad oculta. Es algo que solo nosotros percibimos.
Silencios llenos de significado, luces rojas en la pared que iluminan nuestros sueños y emociones.
Palabras que enseñan más sin ser dichas, sin que salgan de la boca.

Es el silencio que nos tiene enamorados.
Son tus ojos.

domingo, 19 de noviembre de 2006

Día con mis primos



Veo sus sonrisas, escucho sus risas, me enseñan a volar sin alas.
Los niños son tan mágicos y tan puros que me hacen llorar de alegría.

sábado, 18 de noviembre de 2006

Bajo tu paraguas



Ella: Llévame bajo tu paraguas hasta el Fin del Mundo.
Él: ¿Y si ese lugar no existe?
Ella: Lo inventaremos.
Él: ¿Cómo?
Ella: Deja de preguntar y dame un beso.
(La besa dulcemente)
Él: Vayamos al Fin del Mundo.
Ella: Siempre bajo tu paraguas.

viernes, 17 de noviembre de 2006

Una historia más en la estación

Llueve en Madrid y yo me ahogo.
Lloro y busco un guiño de complicidad entre la multitud, pero solo encuentro miradas vacías.






Como siempre, te vi en la estación.
Parca, vaqueros, All Star y macuto a la espalda.
Me pareció escuchar un zumbido procedente de los cascos de tu mp3, pero desde donde estaba no era capaz de encontrarlos entre tu melena.
Andén arriba; andén abajo. Paso apresurado...
Me entraron ganas de preguntarte: "¿Tienes prisa?"; pero supuse que no me oirías con los Rolling Stones zumbando en tus oidos.
Andén abajo; andén arriba. El tren no llegaba y tú cada vez estabas más nervioso.
Entonces lo recordé. Aquel día en que me contaste por telepatía que irías a visitarla. A Ella, a tu amor platónico de la adolescencia.
Por ella escribiste tus primeras canciones. A ella la compraste las primeras flores.
Ya era más comprensible que no pudieses estarte quieto.
Entonces empezaste a cantar a voces: "SHE'S LIKE A RAINBOW" y el tren llegó.

miércoles, 15 de noviembre de 2006

Recuerdos

Cuando no puedo más me evado de la realidad.
Me escondo en un rincón de mi mente donde guardo el mar. Donde guardo todos esos buenos recuerdos que me hacen sonreir...
Aquellos veranos gastados en la playa bañándonos en el sol.
El pasillo del instituto donde sentí por primera vez mariposas en el estómago.
Cada vez que me abrazasteis cuando lo necesitaba.
La primera y todas aquellas veces que subí a un escenario... En especial la última.
Aquel viaje derrapando por la nieve entre risas y amistad.
Y todas esas cosas que mientras recuerdo no puedo evitar añorar y sonreir con melancolía.


Os quiero a todos tanto... Aunque este blog sea un secreto y no podáis leerlo.

martes, 14 de noviembre de 2006

Pasa de largo, pero no sin antes volver la vista atrás para poder echar un último vistazo a ese portal. Aun conserva la esperanza de que salgas despreocupado como siempre...y así la dediques una mirada, un gesto, algo.
Mientras los recuerdos del instituto pasan por su cabeza se sienta en el suelo del metro con la mirada perdida y vacía mientras reflexiona y le da vueltas a aquella frase que escribió en su blog: "Ya es un chico veinte." Y ella aun sigue presa de su infancia.
Él encontró a la chica veinte cuando aun eran diecinueve, aquella chica fue capaz de descongelar su corazón: ella no.
La culpa la tuvo el tiempo. Ese enemigo eterno que nos roba siempre lo que más queremos.













"Pero no, yo no cambio mi suerte."

lunes, 13 de noviembre de 2006

Uno, dos, tres... comienzo otra vez.

Perdí la contraseña. Sí, soy así de despistada... Yo y mis nubes.






Sus esquemas se calleron y su habitación la ahogaba.
La soledad había venido un día a visitarla, pero ya no se había marchado. Como esas visitas incómodas que se presentan sin avisar y se quedan indefinidamente.
Cada día veía caer las hojas de los árboles sobre el suelo del jardín. Reconocía los síntomas del invierno: ahora todos usaban abrigos.
Con el frío quizá llegase la alegría. La tristeza se congelaría mientras paseaba por las calles de Madrid. Siempre con su cámara de fotos y su libreta.



"Y así disfrutó del frío de Madrid, hasta que murió por excesos" (una de mis frases favoritas.. la escribí yo, sí, soy así de egocéntrica)